Hacer que alguien se ensucie era considerado ofensivo
No solo valoraban los vikingos la limpieza, sino que la valoraban tanto que se consideraba altamente irrespetuoso ensuciar a un compañero vikingo. Para hacerlo, literalmente puedes embadurnar a alguien con lodo, cortarles el pelo, destrozar su ropa, empujarlos a un charco, etc. Tal comportamiento era castigado con el destierro (con la excepción de los enemigos, por supuesto). Según el texto legal medieval islandés Grágás, siempre se debía imponer el peor castigo a cualquiera que “deshonrara” intencionalmente a alguien ensuciándolo.
La longitud de tu barba era un indicador de masculinidad
Los vikingos valoraban la virilidad y la madurez, por eso los historiadores creen que era vital tener una barba larga y bien arreglada. Simplemente, los vikingos creían que los hombres con una barba completa y espesa eran más varoniles y maduros. Los vikingos que no podían dejarse crecer la barba eran objeto de burla y humillación en diversas obras literarias medievales. Sin duda, esto también afectaba su posición en su grupo de pares. El hecho de que cada comunidad tuviera un peinador profesional y respetado también indica que tener una buena barba era importante en el orden social.